Wharton School y la compañía de banca móvil Moven han publicado un libro blanco en el que abordan la relación entre Fintech y el futuro del trabajo. Analizando el periodo comprendido entre 2005 y 2015, avanzan que si bien en EE.UU. se ha dado mucha importancia a la transformación que la sharing economy tendría en la organización del trabajo, las cifras de ocupación no terminan de respaldarla. Entre los estudios que cita se encuentra el de los economistas de Princeton y Harvard respectivamente, Alan Kruger y Lawrence Katz, y que afirman que los trabajadores on demand (que desempeñan trabajos ocasionales en plataformas de servicios tipo Uber, TaskRabbit) representan sólo el 0,5% de la fuerza de trabajo de Estados Unidos, desacreditando las afirmaciones que lo situaban en un 22%. Para los autores del libro blanco el fenómeno al que no se ha prestado atención en relación a la nueva organización del trabajo tiene que ver con la tendencia de las empresas a estructurar plantillas flexibles. Hecho que ha supuesto el aumento significativo del número de freelance o trabajadores autónomos que ofrecen su servicio a una serie de proveedores más o menos fijos. En 2016 representaron el 16% de la fuerza laboral de Estados Unidos, frente al 10% en 2005. Algunas compañías tecnológicas aventuran que en 2020 estos nuevos trabajadores flexibles supondrán el 40% de las plantillas en 2020. Para el trabajador este hecho supone gestionar además de su tiempo, sus finanzas de una forma completamente diferente. Es ahí donde el estudio evidencia un nuevo y jugoso nicho de negocio para las soluciones Fintech. Satisfacer las necesidades de un trabajador con necesidades mucho más sofisticadas y diversas.