En las últimas semanas diversos medios han publicado información sobre el comportamiento fiscal para sus operaciones en Europa de las multinacionales tecnológicas. Los conocidos bajo el acrónimo GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) mantienen una importante diferencia entre el volumen de facturación generado por su actividad y su contribución vía impuestos en los países que operan. Según datos recabados por Ibercampus para las grandes empresas de la economía digital,
«la imposición sobre ventas dentro de los EEUU no llega en la mayoría de los casos al 20% y en los beneficios tampoco al 50%, pese a las reducciones impulsadas para evitar la deslocalización. Pero en el resto del mundo los impuestos tienden a quedarse para la mayoría por debajo del 2,3% de las ventas y del 10% de los beneficios. »
- A iniciativa de Francia, los ministros de economía de Alemania, Francia, Italia y España han dirigido una carta al jefe del Eurogrupo para parar de una vez con las escandalosas prácticas de elusión fiscal de las grandes tecnológicas americanas, e invitan a sumarse a todos los países «que opinen lo mismo que ellos». Todo esto lo hacen, conscientes de que la ingeniería tributaria de los gigantes tecnológicos está sólidamente cimentada en las políticas de los estados miembros, por lo que no se presumen motivos para cambiar de comportamiento sin que exista obligación para ello.Durante la reunión de Tallin, 10 países han suscrito la iniciativa para la creación de una tasa sobre la facturación de las empresas tecnológicas. En contra se han manifestado Reino Unido, Irlanda, Luxemburgo, Chipre, Malta y República Checa
- El intercambio automático de información fomentado por la OCDE por fin se pone en marcha. Este mes la Agencia Tributaria recibirá información de residentes con cuentas bancarias en 53 países (Barbados, Bermudas, Guernsey, Islas Caimán, Luxemburgo, Liechtenstein y la Isla de Man, entre otros) y el año que viene de otros 47 países entre los que se incluirán Suiza y Andorra.
Además, las multinacionales españolas con más de 750 millones de euros de facturación deberán informar a la AEAT antes de fin de año de los impuestos pagados en 2016 en cada país, y de su actividad. Esta obligación también afecta a las filiales de empresas extranjeras en nuestro país (con una cifra de negocio superior a este umbral).