Los servicios digitales que utilizamos cada día sin coste alguno (Google, Facebook, Zoom… ) recopilan datos personales y de nuestro comportamiento para explotarlos y sacar beneficio de ellos. No tenemos por qué renunciar a estos servicios, pero es importante que sepamos que gracias a los datos que les proporcionamos y a los algoritmos que sus sistemas utilizan, estas empresas pueden ofrecernos mejores servicios, pero también manipularnos.